Casa del Caño
Casa del Caño, ubicada en la calle Fray Sebastián, su construcción data del año 1757 y se debe a una fundación de un mayorazgo de la familia «De Tobía». Esta fundación se efectuó mediante un testamento mancomunado donde se incluyó expresamente esta casa en la cual debía estar siempre el oratorio de los canónigos y otras pinturas y muebles. En su portada orna un escudo, es más antiguo que la propia casa ya que tiene fecha de 1680. Pasados los años y las generaciones, la casa en sus últimos tiempos pasó a ser propiedad de la familia Gil de Biedma, a la que pertenecía el famoso poeta Jaime Gil de Biedma sepultado en Nava de la Asunción y que murió el 8 de enero de 1990.
Casa a la que se refiere Jaime Gil de Biedma, denominada Casa del Caño, un lugar vinculado para siempre en las experiencias y sentimientos del poeta hasta conformar su mitología con ella y los parajes que inmortalizó en su obra.
La cercanía a la fuente del Caño del Obispo (1683) y el hecho de ser la única vivienda existente en sus inmediaciones, le otorgó el sobrenombre popular de la Casa del Caño.
De su construcción original no se conoce dato alguno, al igual del escudo que orna la portada; si hay documentos que citan que el 2 de septiembre de 1752 pertenece a la fundación de un mayorazgo constituido por los hermanos Tobía, oriundos de Viguera (La Rioja).
Esta familia riojana adquirieron viñas y tierras en Nava y Santiuste para posteriormente decidir juntarlas en un mayorazgo donde estaba incluida la Casa del Caño y sus bienes como señala el cura de La Nava:
Yo el dicho D Diego Jacinto, la en que al presente vivo en dicho lugar, junto a la fuente (caño del obispo), que la he fabricado a mis expensas, con su bodega y cubaje, lagar, paneras, caballeriza, corrales, huerta cercada, casilla para el hortelano y palomar, que es todo una posesión…
A la sucesión de dicho mayorazgo nombran a su sobrina Doña Josefa-Melchora Cabezón y Tobía, con ella se inicia este linaje familiar, que continúa con sus descendientes hasta llegar a Dª Isabel de Valcarce casada con D. Atanasio Oñate al que en 1876 Alfonso XII concede el título de Vizconde de Nava de la Asunción, por haber colaborado en la restauración de la monarquía.
A su muerte, la casa fue heredada por su nieta Isabel Biedma y Oñate y el marido de ésta Javier Gil Becerril, de ahí que en el pueblo los empezaron a llamar “los becerriles”.
Javier Gil solicitó permiso para que sus herederos pudieran fundir en uno solo el primero de los apellidos del matrimonio, de modo que sus cinco hijos tomaron el apellido Gil de Biedma y Becerril.