Gabriel Ferrater dice que soy un caso de vocación equivocada. Que tengo un temperamento pragmático y un talento analítico, y por tanto mayor aptitud para la prosa que para la poesía.
He contestado que la prosa se pliega más fácilmente a la expresión de ese talento. Por eso mismo si uno consigue incorporarlo en poemas, el resultado será menos frecuente y más valioso. Me acordaba de lo que dice Eliot a propósito de los poetas metafísicos ingleses: áspero sentido común y alada gracia lírica.
Mi argumento es válido, pero la observación de Gabriel me ha dejado mohíno. Si uno consigue… Bien, ¿y si yo no lo consigo?
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Su Obra
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SU OBRA
El despertar poético de Jaime Gil de Biedma tiene lugar hacia los años 50, pertenece a la Generación de los 50, al grupo de Barcelona. Las influencias de esta generación son las del Siglo de Oro, el simbolismo francés y la Generación del 27. Su primer maestro fue Jorge Guillén al que dedicó un ensayo crítico sobre su obra «Cantico: el mundo y la poesía de Jorge Guillén.» Otro de sus maestros fue Vicente Aleixandre.
SUS PRIMEROS POEMAS
En 1952 Jaime Gil de Biedma publicó una plaquette: «Versos a Carlos Barral». Un año más tarde apareció su colección de doce poemas bajo el título «Según sentencia del tiempo».

«Compañeros de viaje»
Se publica en 1959 y es su primer libro de poemas propiamente dicho.. Gil de Biedma lo describe como «un viaje desde el final de la adolescencia a la edad adulta».
Se divide en tres partes: La primera, «Ayer» está encabezada por el poema «Amistad a lo largo», un saludo a los amigos que le acompañan en su viaje; es la conciencia de no estar solo, sino de compartir con otros su tiempo y su experiencia.
«Las afueras» es el poema que ocupa la mayor parte de «Ayer»; recrea la crisis personal que padeció al terminar la adolescencia. A lo largo de los años fue apartando de su poesía las influencias del 27 y de la poesía francesa, Baudelaire, Mallarmé, Rimbaud y Verlaine, pero en este poema aun son evidentes.
La segunda sección, «Por vivir aquí» ya contiene alguno de los poemas que le consagran como poeta, «Noches del mes de junio», «Vals del aniversario» poema en el que expresa lo que siente por la persona con la que comparte su vida. En 1953 en su viaje a Oxford descubre la poesía y la crítica anglosajona, afirma que ésta es verdaderamente la poesía moderna y ya las influencias del 27 son menos perceptibles. Con los poetas inlgeses Auden y T.S. Eliot se inicia su preocupación por el reomanticismo inglés y el europeo y aparecen los primeros rasgos del monólogo dramático que podemos observar en dos poemas «Aunque sea un instante» e «Idilio en el café».
La última sección del libro es «La historia para todos». En los años 50, cuando Jaime empieza a escribir, estaba de moda la poesía social, los poetas posteriores al 27, es decir, los de la posguerra, sentían la necesidad de denuncia, de compromiso político y de toma de conciencia ante la situación social y política del franquismo. Esta corriente estaba protagonizada por Blas de Otero o Gabriel Celaya. Jaime Gil de Biedma quiso introducirse en esta corriente, lo mismo que José Agustín Goytisolo o Ángel González, pero deseaban hacerlo de otra manera, denunciaban a los poetas sociales porque sentían demasiada preocupación por el mensaje y menos por los aspectos formales. En «la historia para todos» ya se acerca a la poesía social, por ejemplo en:
«El miedo sobreviene», se denuncia el miedo de los españoles en el régimen franquista.
«Los aparecidos», la indigencia en la que vive gran parte de la población.
«Lágrima», el sufrimiento anónimo.
«Por lo visto», la posibilidad de oponerse a la represión.
«Piazza del Popolo», se evoca a María Zambrano recordando tiempos de mayores esperanzas.
«Canción para ese día», se imagina una victoria en la lucha contra la represión.
«Apología y petición», su poema social más comprometido, de inspiración marxista, se observa una influencia de Auden

«Moralidades»
En 1961 Jaime publicó Cuatro poemas morales, adelanto de su segundo libro «Moralidades», que por motivos de censura se publicaría en México en 1966; representa la plena madurez del poeta, y un dominio absoluto del lenguaje. La transición entre «Compañeros de Viaje» y «Moralidades» se basa en su estudio sobre el romanticismo, sobre todo de Lord Byron y de Espronceda, y también en la lectura del libro de Robert Langbaum «La poesía de la experiencia».
El ejemplo de Cernuda fue determinante para acabar con las influencias del 27 y evolucionar en su poesía.
Gil de Biedma en una carta a J.A. Valente de noviembre de 1959, comenta la diferencia entre Compañeros de viaje y Moralidades:
…me gustaria hacer lo contrario que en Compañeros de viaje, mientras que en éste lo que viene principalmente dado es la experiencia de mi desarrollo moral e intelectual, el próximo hablaría acerca de los demás y de las cosas más dispares, fiando únicamente la unidad del libro al hecho de que unos y otros vendrán dados a través de mi experiencia de ellos.
Realiza una crítica a la burguesía, la clase social de la que procede, como por ejemplo en «Barcelona ja no és bona», en «De aquí a la eternidad» se burla de las pretensiones de la burguesía de Madrid. En otros poemas intenta recrear y desmitificar su propia infancia a la que evoca en el marco de la guerra civil como en «Intento formular mi experiencia de la guerra» o «Ribera de los Alisos».
Los poemas de tema amoroso y erótico son los más originales de su obra, como ya demostró en 1965 al publicar su antología «En Favor de Venus».
Según James Valender, en «Moralidades», el poeta reflexiona sobre las contradicciones del deseo, en la fusión del deseo propio con el ajeno como en «Peeping Tom», o el deseo como pretexto para escapar de la rutina cotidiana, como podemos ver en «Albada».
Es en otro poema «Pandémica y celeste» donde el amor y el erotismo llegan a su punto más culminante; el título está tomado de un pasaje de Simposio donde Platón hablando del amor, distingue entre un erotismo múltiple e insaciable («pandémica») y la dedicación a un amor único («celeste»). Sus poemas amorosos y eróticos son válidos tanto para una experiencia heterosexual como homosexual.
Gil de Biedma señaló que muchos de los poemas de «Moralidades» están inspirados en lecturas de otros poetas: “Desembarco en Citerea” en “Voyage à Cythére” de Baudelaire; “Barcelona ja no és bona” parte de unos versos de la “Canción a las ruinas de Itálica” de Rodrigo Caro; o “Los años triunfales” tiene su antecedente en la “Marcha triunfal” de Rubén Darío. En “Pandémica y celeste” Platón proporciona el título y Catulo es el autor del epígrafe, pero además tiene influencias de Baudelaire, T.S. Eliot, Mallarmé, Shakespeare y Cernuda.
En los últimos años de su vida, el autor revelaba las fuentes de sus poemas.

«Poemas Póstumos»
«Poemas Póstumos» se publica en 1968 se inspiró en una crisis de la adolescencia, coincidiendo con otra crisis de identidad que padeció a los 40 años, al darse cuenta que no iba a ser eternamente joven; expresa esta idea en «No volveré a ser joven» el que para él fue el mejor poema que había escrito, con gran sencillez de recursos, sintetiza la principal preocupación de su poesía: el paso del tiempo. En otros momentos intenta poner orden en su vida y adoptar ciertas resoluciones para cambiar de rumbo: «Resolución».
En su poema «Contra Jaime Gil de Biedma» manifiesta con dramatismo que no es posible cambiar su forma de vida, comienza una destrucción del personaje que había creado, destrucción que culmina en «Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma», donde se distancia de su personaje, y trata de una manera muy lúcida el tema de su depresión y el miedo al suicidio, una manera de superarlo es escribir como si ya se hubiera muerto, de esa manera se libera de su angustia.
Según Andreu Jaume, las motivaciones de este libro son muy diferentes a sus dos libros anteriores; en «Moralidades» hablaba a un grupo de amigos o a la sociedad, en «Poemas Póstumos» desaparece el destinatario colectivo y la preocupación social, al tiempo que da paso a su voz interior, son poemas muy sobrios.
A partir de 1969 ya no publicó ningún otro poemario. En 1975 reunió la mayor parte de su obra bajo el título de “Las personas del verbo” y añadió ocho poemas más a Poemas Póstumos, y en 1981 otros cuatro. A partir de Poemas Póstumos ya no escribió más.
No dejó de escribir totalmente, su último poema está datado en 1982 “T´introduire dans mon histoire”, pero a partir de los años sesenta ya fue menos frecuente.
SU OBRA EN PROSA
Gil de Biedma, Carlos Barral y Gabriel Ferrater fueron excelentes prosistas. En el diario del 56 Jaime escribe:

«Retrato del Artista en 1956»
En 1956 decidió llevar un diario, con el propósito de mejorar su prosa. Quizá la decisión de escribirlo se debió a su primer viaje a Manila.
La Compañía de Tabacos de Filipinas, en la que trabajaba como ejecutivo, lo envió para realizar un estudio sobre la legislación filipina; realizaría muchos viajes más a Filipinas por razones de trabajo.
Siguió escribiendo al regresar de Filipinas, hasta enero de 1957, un año por lo tanto.
Al regresar a España, le diagnostican tuberculosis, abandona Barcelona para pasar la convalecencia de la enfermedad en Nava de la Asunción; allí pasará el verano y el otoño de 1956 y seguirá escribiendo el diario.No pudo publicarse en los años 50, la censura del régimen franquista lo habría prohibido. En 1974 se publicaron las páginas escritas después de volver de Manila, no publicó todavía el texto completo, es decir lo que había escrito sobre su vida en Manila, los episodios de su vida sexual, quizá por respeto a su familia. No prepararía el texto completo hasta poco antes de su muerte, y decidió que se publicara después de su muerte, en 1991, bajo el título «Retrato del artista en 1956».
En el diario aparecen los grandes temas, el amor, la vida, la muerte, el paso del tiempo, pero también analiza minuciosamente sus percepciones de la realidad que le rodea, lo que está viendo, los olores, etc. También incluye cartas a sus amigos más íntimos, a otros escritores, temas políticos como la nacionalización del Canal de Suez, las películas que ha visto como Tiempos modernos de Charlot, o su música preferida “Concierto para trompetas” de Haydn.
El título nos remite a una obra de James Joyce, Retrato del artista adolescente. “Y en tanto irónica recreación de la experiencia del propio autor, que va en busca del éxito literario a la vez que se aventura por el laberinto del mundo adulto, el Retrato de Gil de Biedma evidentemente tiene algo en común con A Portrait of theArtist as a Young Mandel escritor irlandés” (James Valender). En cuanto al título de las tres secciones también tomó influencias de Joyce, esta vez de su novela Ulysses, obra muy marcada por la Odisea de Homero. Los títulos de las secciones dedicadas a Manila y a Nava de la Asunción son “Las islas de Circe” y “De regreso en Ítaca” respectivamente. Están separadas por el “Informe sobre la Administración General en Filipinas” redactado para dar a conocer el trabajo que le habían encargado, y a la vez para reconciliar su proyección pública con su vida íntima.
Según Javier Blasco, en el Retrato quiere acercarse más al relato, ya que no sigue el prototipo de un diario convencional al no llevar entradas, los hechos que se narran no están datados, salvo las cartas que incorpora al diario, éstas sí nos sirven para seguir una cronología. Las cartas van dirigidas a Carlos Barral, Gabriel Ferrater, Jorge Guillén, etc. Los tres lugares que aparecen en el diario son Manila, Barcelona y Nava de la Asunción.
“Las islas de Circe” están encabezadas por unos versos de Baudelaire. Siente una gran admiración por Manila, por sus habitantes y por el paisaje, pero a la vez se indigna al constatar la explotación económica y social de los trabajadores filipinos; allí se le despierta la conciencia social, es su propia Compañía la que explota a los filipinos y se crea en él un sentimiento de culpa.
Al mismo tiempo, su actitud hacia la situación política española es cada vez más comprometida. Relata su vida amorosa y sexual. Al regresar a Barcelona siente nostalgia de su vida en Manila.
Al llegar a Nava de la Asunción se siente desorientado, pero al poco tiempo se encuentra feliz de su nueva vida, vuelve al pasado, a sus años de la infancia que transcurrieron aquí, en la misma casa, los años de la guerra civil.
El propósito al principio es perfeccionar su estilo prosístico, pero en el diario se observa un cambio en el poeta, por ejemplo en su actitud ante la situación política.
“De regreso en Ítaca” lo inicia con unos versos de Eliot, en los que evoca a un fantasma desconocido que sin embargo le resulta familiar.
Las tres secciones completan al personaje tal como escribe José María Castellet en un texto de El País cuando se publicó «Retrato del artista en 1956», “sólo en la totalidad del libro encontramos al Gil de Biedma completo, es decir, entre la inteligencia privilegiada que manifestó a lo largo de su vida y su reto personal e íntimo de transgredir los razonables límites de la sensatez y la moral común”
